Esa sensación que te invade de nuevo, esa triste amiga que
vuelve a inundarte, vuelve a apoderarse de ti. El mundo se te viene encima, tus
ojos deciden llenarse de lagrimas, solo hay un objetivo en tu mente y es el
poder desahogarte, el poder expresar como te sientes.
Necesitas una mano amiga que te ayude, que te entienda,
simplemente que te escuche, pero al mirar a tu alrededor te das cuenta de que
no hay nadie; nadie esta dispuesto a escucharte, a prestarte aunque sea un
mínimo de atención; todo el mundo está muy ocupado para perder su tiempo
contigo, te ves tan solo que lo único que sabes hacer es derramar lagrima tras
lagrima...
Pasan las horas y tu única compañía siguen siendo tus
lagrimas, nadie ha sido capaz de preguntarte como estas, de interesarse por ti,
ni la persona que tu mas creías que lo haría, lo ha hecho; absolutamente nadie
se ha interesado por ti en todo este tiempo y te preguntas si esas personas a
las que tu das tu cariño, realmente lo merecen...