A veces en la vida, descubres como tu mundo se puede venir abajo en cuestión de segundos, como personas que antes creías tener a tu lado resultan estar en tu contra y como situaciones que resultaban estar controladas ahora estan fuera de tu alcance.
Así me he sentido yo en este tiempo, he sentido que mi pequeño mini mundo se desmoronaba a causa de la hipocresia y la falsedad.
Cuando confías tanto en alguíen que ha estado a tu lado durante tanto tiempo y resulta que no era como a ti te mostraba en realidad, esa sensación de dolor amargo al sentirte traicionada es la yo he tenido que experimentar.
Cuando intentas pasar página y te dices a ti misma que eres fuerte y que esa persona no merece tus lagrimas, cuando piensas que no puedes venirte abajo porque entonces está consiguiendo su objetivo o cuando inventas una falsa coraza de cara a los demás para que vean que no, que a ti ya no te afecta...
Pero entonces la bomba te explota en la cara y descubren que no eres tan fuerte como aparentabas, que claro que te importa el hecho de que te hayan apuñalado por la espalda y que esa coraza no te ha servido para nada pues sigues llorando como el primer día mientras que esa persona que te hace sufrir se ríe al ver que su objetivo está cumplido.
Es ahí, cuando decides que no puedes más y que debes apoyarte en las personas que realmente quieren lo mejor para tí. Esas personas que durante días, semanas y meses no se han separado de tu lado y se han preocupado de ti, personas a las que les has mentido ocultandole tu verdadero estado y ofreciendoles una fachada que al final no te ha servido para nada más que para hacerte daño tu misma.
Finalmente es justo en ese momento cuando te das cuenta, que nadie puede hacerte daño si TÚ no se lo permites, porque la única dueña de tu vida y de tus sentimientos eres TÚ.
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